No soy perfecto, y me alegro. No siento todo lo que digo; y todavía muestro menos lo que siento. No quiero todo lo que tengo; ni necesito todo lo que quiero. Aprendo cada día cosas innecesarias y desaprendo partes importantes de la vida. Disfruto cuando no debería y sufro por tonterías.
Podría seguir con esta lista interminable, porque el ser humano es así de imperfecto.
En qué momento nos enseñaron a ser “normales” para olvidarnos de cómo somos realmente. Lo habitual es lo que llamaría la sociedad estar loco. Sin embargo, la locura bien llevada es positiva, te diferencia, te impulsa a hacer cosas que el resto no haría, obteniendo resultados que los demás nunca conseguirán porque les enseñaron a ser aburridamente normales... No intentes ser perfecto, prueba a ser real.
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