top of page

Nunca dejes de conducir tu vida



Hay tramos mejores y tramos peores. Desvíos que tomar rápido sin pensar y de los que dependerán gran parte de nuestro camino.


Te encontrarás carreteras en ruinas que necesitan restaurarse. Dudarás de estar capacitado para transitarlas, incluso tendrás que bajar de velocidad. Sin embargo, el orgullo de recorrerlas flamantes una vez cimentadas, premiará tu perseverancia.

También las hay que deben construirse de cero para volver a reconectar con su rumbo. Aunque lo creas, no es una pérdida de tiempo. En ocasiones es mejor cambiar de sentido que dar marcha atrás continuamente.

Aunque tanto las anheles y no te lo esperes, te toparás con autopistas tan perfectas que se harán pesadas y aburridas. Lo fácil no siempre es la dirección más acertada.


Habrá viajes con todo planificado que desearás no haber iniciado y, alguno improvisado en los que te fascinará lo bien que han acabado.


Tendrás que elegir tus compañeros de travesía. Hay coches caros y bonitos, pero vacíos por dentro. Huelen genial y desprenden un agradable aroma a nuevo que te conquistarán en un momento. Pero debes recordar que eso se pierde con el tiempo. Sus piezas son caras y cuestan mucho esfuerzo.

También los hay antiguos y descuidados, pero en los que cada rincón esconde un memorable recuerdo. No nos engañemos. Cualquiera puede salir malo. Si no dudas, preocúpate. Todos suenan raro de vez en cuando.


Así es la vida. Igual de jodida que una reparación a fin de mes. Igual de satisfactoria que una ardua llegada al destino.


A veces, no está mal tocar fondo. Es una forma de encontrarse con lo más profundo de nuestro ser. Es ahí donde encontrarás hacia dónde quieres ir y con quién lo quieres compartir.


Viajeros perdidos, nunca ceséis en vuestra búsqueda.

bottom of page